Promociona tu negocio con menos dinero del que piensas

Antes de empezar a hablar de las acciones para promocionar tu negocio, por menos dinero de lo que crees, es necesario hablar de la identidad corporativa. 

Si nuestra empresa no tiene una imagen de marca definida, el cliente potencial puede no reconocernos como negocio, fracasando en todos los impactos comerciales que realicemos.

Si no queremos perder la inversión en las diferentes posibles promociones, habrá que empezar por el principio.

Por ello, lo primero que se debe desarrollar es el diseño de la imagen corporativa de nuestro negocio, diseñando el logo, eligiendo los colores corporativos y la tipografía que se quiere utilizar. Posteriormente, hay que diseñar los materiales corporativos: tarjetas de visita, papel con membrete y contacto, sobres, carpetas, etc. Recuerda incluir tu dirección web, correo electrónico y redes sociales.

Una vez diseñada la identidad corporativa hay que elaborar un plan de acciones, en función del presupuesto disponible, ya que si no lo tenemos un plan, es posible que nos dispersemos, invirtiendo todo el presupuesto y no consiguiendo los objetivos deseados.

A continuación, te detallamos un listado de posibles acciones parapromocionar tu negocio:

Página web. Absolutamente necesaria para informar de tu negocio, productos, horarios, etc. Hoy en día existen multitud de herramientas estándares gratuitas o de bajo coste para diseñarla. Si quieres algo más personalizado, sería necesaria la colaboración de un profesional. 

Blog: El blog es una herramienta que aporta visibilidad y tráfico a tu web y/o negocio. Puedes crear noticias sobre tus productos y/o servicios, información legal del mercado sobre tu negocio, etc. Así tus clientes volverán a visitarte buscando las nuevas noticias, consiguiendo que tu marca sea reconocida.

Redes Sociales: Las redes sociales aportarán visibilidad y viralidad a tus noticias, y por tanto es una forma de redirigir a los clientes potenciales a tu web/blog. Sólo tienes que elegir las redes sociales más adecuadas para tu negocio y actualizarlas con contenidos apropiados para cada red. Hoy en día, las redes sociales funcionan mejor como canal de recomendación que como canal de venta.

Google Adwords: Anuncios que salen en la cabecera o lateral derecho del buscador cuando quieres localizar algo en Google. Para ello, hay que tener un presupuesto mensual asignado y pujar por tus palabras claves. Si estás en un sector con mucha competencia, la puja será alta y tu presupuesto se gastará rápido. Hay que analizar las palabras clave para poder rentabilizar las campañas.

Red de Display de Google: Los anuncios que google proyecta en sus webs relacionadas. Aquí se paga por el número de visualizaciones  y no por el número de clics, siendo el precio mucho más bajo. El objetivo es aparecer en sitios webs relacionados con tu temática y que tu marca vaya siendo conocida entre los clientes potenciales.

Publicidad en Youtube: Los anuncios en Youtube son bastante económicos y la visibilidad que aportan a tu negocio puede ser muy interesante. Recuerda que Youtube es el segundo buscador después de Google. Además, no solo puedes hacer anuncios sino crear tu espacio para subir tus propios vídeos promocionales.

Cartelería: La cartelería y la papelería es esencial para dar visibilidad a tu negocio. Los carteles ayudarán a dar a conocer tu negocio de una forma rápida y barata: escaparates, buzoneo, coches serigrafiados…

Encuentros y/o Ferias: Acudir a ferias y encuentros profesionales es esencial para dar a conocer tu negocio y relacionarte con personas del sector. No se trata de intercambiar tarjetas, sino de conocer a las personas y hacer seguimiento de los nuevos contactos.

El boca a boca: Probablemente, la mejor publicidad de todas. Hay que dar un buen producto o servicio para que nuestro cliente sea un buen prescriptor de nuestro negocio, alcanzando su satisfacción a nuevos clientes.

Prensa / Radio / Televisión: Existen medios locales donde la publicidad puede salir bastante económica. Además, también se puede colaborar con ellos creando secciones con contenidos innovadores y/o novedosos para su público.

Intercambio de servicios: Investigar con qué negocios del entorno se puede colaborar, de tal forma que se puedan convertir en prescriptores de nuestro negocio o lanzar ofertas conjuntas.

Los servicios de MARKARTE en marketing y comunicación engloban acciones offline y online, sabiendo combinar ambos medios con naturalidad y sinergias que confluyen para apoyarse y aportar una solución completa a las necesidades de cada empresa. Desde una campaña de marketing directo hasta un catálogo de productos de venta online, desde la organización de un evento o road-show al diseño de una valla publicitaria, o incluso desde la planificación de publicidad en medios hasta el servicio de community manager en redes sociales.

Para más información:

MARKARTE, marketing y comunicación
Madrid: Calle Toledo, 117 - Tel.: 913651915

Valladolid: Calle El Pozo, 24 - Tel.: 615691653

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¿Le gusta al cliente tu vino? El valor de las relaciones sociales cuando opinas

Hace unas semanas invité a unos amigos a cenar a casa. Uno de ellos venía con una botella de vino que no conocía. Todos probamos el caldo y uno a uno, desde el primero, lo valoró de una forma muy positiva, hasta que llegó mi oportunidad de probarlo. No soy una experta en vinos pero sé cuándo algo me gusta o no y aunque no estaba muy convencida, mi juicio fue favorable con matizaciones. Me sabía mal que alguien que se había molestado en traer algo para la cena tuviera un comentario no positivo de su obsequio y, además, como no soy una experta catadora ni conocedora callé la boca para no polemizar entre la calidad de un vino y el gusto personal del que lo consume.

Analizando posteriormente la relación entre la calidad, el gusto y el posible marketing que le acompaña, algunas reflexiones me llevaron a no perder mi autoestima y valorar esta situación. Antes de comprar un vino, principalmente para los no expertos, que somos la mayoría, intentamos asegurarnos de la compra con elementos que faciliten la elección: marca, Denominación de Origen, bodega, premios y medallas, puntuación de expertos en guías… Cuanta más valoración encontremos fuera mayor será nuestra confianza sobre las bondades del caldo en cuestión.

Pero ¿qué pasa cuando ya hemos comprado el vino, lo abrimos y nos disponemos a probarlo? Ésta es la hora de la verdad. Una vez probado, ¿tenemos un criterio claro sobre si nos gusta o no? ¿Nuestro juicio es “objetivo” sobre la calidad del vino?

Reflexionado en una fase anterior, seguro que si yo voy sola a realizar la compra, el vino será distinto a si voy acompañada, ya que la valoración conjunta no será igual a la individual, eso por una parte. Por otra, hemos de ser conscientes de que si bien la opinión de expertos en la cata es muy importante, la forma en la que nos relacionamos nos hace aportar un mayor valor a las personas que nos acompañan en cada momento y que opinan sobre el producto minutos antes que nosotros. De ahí que si nos encontramos 4 personas opinando sobre algo, la opinión vertida en primer lugar, casi seguro será la secundada por el resto, tanto para un vino como para cualquier otro artículo.

Quería yo llevar este análisis al ámbito social, más que al propio experimentado de un catador de vinos, llegando a la conclusión de que nos movemos en un cúmulo de circunstancias que nos llevan a opinar de una forma u otra más por el entorno social en el que nos circunscribimos en cada momento que por el razonamiento lógico de las pruebas reales. Incluso si estamos solos, momento ideal para generar una opinión propia, seguimos influenciados por las opiniones de terceros.

Aunque actualmente vivimos en un entorno muy digitalizado, donde las redes sociales parecen nuestro refugio, debemos reconocer el poder que ejerce el componente social en la valoración de un vino, ni la diferencia de beberlo en un momento u otro, en una compañía u otra. Lo que parece menos comprensible es que para valorar el vino tengamos en cuenta no sólo la experiencia de consumo propia sino también la valoración del vino que hacen los demás.

Aunque está bien dejarse asesorar por expertos, parte de la riqueza de la cultura vinícola es que uno tiene la libertad de opinar sobre qué vinos le gustan más y qué vinos le gustan menos. Recuerda que, en esto del vino, nunca debes perder tu propia identidad.

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